Iberia sigue con su monopolio

Iberia lo ha vuelto a hacer. De lleno en la huelga de tripulantes de cabina de pasajeros (¿cuando tocará la siguiente de pilotos?) y de las interminables negociaciones para fusionarse con British Airways (totalmente descartado que se realice ya este año), sigue con su monopolio a pasos agigantados, sobre todo en el madrileño aeropuerto de Barajas.

Hace unos días podíamos conocer la noticia que el Grupo Lara se deshacía del 14,31% (más de 4 millones de acciones de Vueling), cuando era el segundo mayor accionista del grupo, con esto, Iberia tiene todavía más control, una vez que consiguiera que tanto Clickair como Vueling acabaran en una sola aerolínea, debido a la duplicidad en algunas rutas que ambas empresas tenían.

Aparecieron rumores que comentaban que Iberia quiere crear de nuevo otra compañía de bajo coste, y yo me pregunto, ¿para qué? Clickair tuvo éxito en aquellos aeropuertos donde la compañía matriz tenía menos presencia, colocando la central en Barcelona y sin que Madrid viera jamás aterrizar o despegar uno de esos aviones (excepto para labores de mantenimiento en La Muñoza), abriendo nuevos mercados que estaban estancados, como Sevilla o Asturias, por poner dos ejemplos.

Como si no tuviera bastante con Air Nostrum (que tiene pendiente un ERE bastante severo), y controlar ya prácticamente el 100% de Vueling, ¿qué sentido tiene crear todavía más competencia? Aparte, el aeropuerto de Madrid-Barajas salió perdiendo claramente tras esta fusión, porque Vueling se trasladó a Barcelona y desaparecieron rutas tan interesantes como Madrid-Milan a precios razonables, teniendo que pasar por caja en el caso de Iberia, Alitalia o similar, salvo que no tengamos más remedio que ir a las de bajo coste, como Ryanair, que te dejan en Bérgamo o Easyjet, que no siempre es precisamente barata, por las dichosas tasas.

En lugar de explotar todos los recursos que tienen a su disposición, se dedican a crear aun más incertidumbre entre los pasajeros, los empleados y a arruinar a los inversores que apuestan sus acciones en compañías que pueden llegar a ser rentables, pero que la burocracia y las ansias de poder de la principal compañía española, que ha ido de mal en peor desde que se privatizó, han generado tal cantidad de controversias que muchos evitan volar con ellos, principalmente por la mala imagen que transmiten a los medios.

El negocio de Iberia hace muchos años que dejó de ser los viajes nacionales, ahí deberían de utilizar todos los servicios y el personal de Vueling más los que quedaron de Clickair, ofreciendo vuelos baratos entre las principales ciudades de España para luchar contra las ofertas de los trenes (Alaris, AVE etc) y la expansión de Ryanair, que hoy día parece imparable, en lugar de marear más la perdiz y poner en peligro más puestos de trabajo, algo de lo que precisamente no nos sobra en este bendito país.

Las rutas de largo alcance y las ciudades más turísticas de Europa serán el compromiso de la compañía para los próximos diez años, dejando a una tutelada (una nueva que enterrará a Vueling, viendo la situación actual) las que exploten un mercado totalmente roto por los ridículos precios de Ryanair, dejando poco margen para el resto de compañías, que empiezan a mirar hacia otro lado, en busca de los beneficios que perdieron en su día.